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María Paz Epelman, socia directora de Azerta Propósito & ESG

“Nuestra oferta es diferenciadora porque impulsa la coherencia entre todas las estrategias corporativas que se ejecutan en las organizaciones” La consultora llegó a Azerta a desarrollar una propuesta de valor enfocada en el alineamiento de las empresas a partir de la integración del Propósito con modelos y estrategias de sostenibilidad basados en criterios ESG coherentes con el core business de las compañías.

30 junio 2023

-¿Cómo las compañías chilenas pueden actualizarse en los temas ESG?

-Es nuevo como concepto, pero la realidad de fondo no lo es tanto. Hay muchas organizaciones que vienen haciéndose cargo de sus impactos ambientales y sociales hace tiempo. Y generando valor –social y ambiental- más allá de sus actividades normales para obtener rentabilidad.

La lógica del triple impacto tiene varios años y es notable ver en Chile cómo, por ejemplo, es el motor detrás de muchos nuevos emprendimientos. Los emprendedores más jóvenes crean negocios que tienen esta visión desde su origen.

Otro tema es el de Gobiernos Corporativos. Por cambios regulatorios, especialmente la Ley de responsabilidad penal de las personas jurídicas, el tema se ha perfeccionado a gran velocidad en 10 años. Los escándalos de colusión, temas de dinero y política, etc., dejaron este gran aprendizaje y cambiaron del cielo a la tierra las prácticas. Hace 10 u 11 años casi no existía en las empresas chilenas el conjunto de políticas y mecanismos de compliance que comparten hoy. Sólo en las extranjeras, que fueron reguladas tras los escándalos de principios del milenio (Enron y Worldcom), tenían estos desarrollos en Chile. Desde políticas anticorrupción hasta capacitación de los colaboradores, líneas de denuncia, declaración de conflictos de interés, etc.

Los temas realmente más nuevos son los que tienen que ver con igualdad de género, diversidad e inclusión, que vienen con mucho impulso desde la agenda internacional, especialmente desde las olas antirracista y el Me Too en Estados Unidos.

Finalmente, en los temas ambientales, muy pocas compañías no relacionadas con recursos naturales tenían hasta hace poco un desarrollo comprometido en gestión de impactos ambientales. Pero la crisis climática, desde el Acuerdo de París en adelante, también ha acelerado esta consciencia. Hoy es difícil que una empresa grande, del sector que sea, se niegue a medir su huella de carbono. Y en poco tiempo todas las instituciones deberán hacer su aporte para que Chile sea un país carbono neutral antes del 2050. Al 2030 tendríamos que reducir el 50% de nuestras emisiones GEI y eso está a la vuelta de la esquina. Lo que no hayamos hecho voluntariamente, lo exigirá la ley.

Como todo en Chile, los avances en desarrollo sostenible están siendo impulsados más por presiones regulatorias y legales que por incentivos de mercado o reputacionales.

Hay una cruzada anti ESG en Estados Unidos. Un total de 15 estados han promulgado leyes en contra de estos criterios. California es por ahora el único estado que planea una legislación pro-ESG y se uniría a los otros cuatro que actualmente tienen normativas a favor. ¿Qué piensa de esto?

-La economía norteamericana está en crisis hace mucho. La competencia externa que sus industrias han experimentado –por parte de economías con estándares laborales, legales y ambientales casi inexistentes- ha hecho caer (o no crecer) los salarios y también ha sacrificado millones de empleos. Es entendible el sentimiento de frustración de los actores económicos, políticos y sociales. El camino rápido es acelerar en crecimiento económico sin exigencias de sostenibilidad. Es una estrategia de free rider que, sin embargo, es comprensible. Pero desde una mirada más global, el futuro de la humanidad está en peligro debido a la crisis climática. Y el futuro del capitalismo globalizado está en riesgo debido a la cada vez mayor desigualdad social. Entonces también desde Estados Unidos los grandes empresarios (Business Roundtable) están haciendo llamados de atención acerca de la necesidad de generar valor para todos los stakeholders, y no sólo ganancias para los shareholders. Eso se traduce como desarrollo sostenible. También desde el Foro Económico Mundial. De lo contrario se teme que a la larga (o no tan lejos) el modelo termine por perder legitimidad.

-¿De qué se trata la nueva área Azerta Propósito & ESG que dirige?

-Nos enfocamos –primero- en acompañar a las empresas en la construcción de su Propósito Corporativo. A diferencia del propósito de la marca, desde la mirada del branding, en este caso el Propósito es consistente con el modelo y estrategia de negocio. Responde a la pregunta: ¿cuál es el aporte que esta organización hace a sus stakeholders?, incluidos por cierto los accionistas, los clientes y sus colaboradores. Pero también la comunidad, la sociedad y la naturaleza. No existe un negocio que no genere impactos en estas dimensiones. La ventaja de responderla, con un Propósito nítido, es que genera altos niveles de coherencia y alineamiento. Normalmente, hay mucho déficit de ambos al interior de las empresas, lo que se traduce en pérdida de oportunidades de todo tipo.

La segunda parte del nombre (ESG) alude a los factores de sostenibilidad (Environment, Social, Governance) que las empresas están debiendo reportar por exigencia de sus inversionistas o reguladores. Eso abre la oportunidad de diseñar modelos y estrategias de sostenibilidad coherentes también con el propósito corporativo, con la cultura organización y con el branding. Asesoramos a nuestros clientes en dar coherencia a todos estos ámbitos, que normalmente son abordados por áreas distintas dentro de las organizaciones.

Nos hemos encontrado con muchos casos donde el celo profesional entre áreas ha llevado a tener construcciones independientes de estos diseños. Al punto de parecer compañías distintas. Esa integración sinérgica es el corazón de lo que hacemos.

El 45% de las organizaciones han estado trabajando en estos temas durante menos de tres años, mientras que solo el 9% lo ha estado haciendo desde hace más de cinco años. ¿Cuánto impacta en el acceso del financiamiento de las compañías trabajar en los temas ESG?

-Internacionalmente, mucho. En Chile aún no tanto pues no está tan desarrollada la industria de las inversiones sostenibles, la discriminación, las exclusiones o las recomendaciones por factores ESG.  Tampoco la certificación, que en algunos países está teniendo mala reputación por falta de transparencia.  Pero sí existe una fuerte tendencia a gestionar y reportar (o al revés) debido a las exigencias de reportabilidad de la CMF a las empresas abiertas en Bolsa. Eso ha marcado el antes y el después en muchos sectores. En otros, relacionados con recursos naturales, la gestión de sostenibilidad es más antigua debido a que determina el acceso a mercados, a certificaciones, etc.  La gran minería, la industria forestal y la eléctrica, por mencionar algunas, están muy avanzadas respecto de las demás.