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La revolución que no fue

Las redes han jugado un rol clave en la verdadera locura que se generó en los mercados y el mundo científico a nivel mundial, tras el controvertido “descubrimiento” del nuevo superconductor LK-99. Y con ello vuelve a quedar en evidencia el tremendo poder de las plataformas digitales y el complejo desafío de distinguir lo verdadero de lo falso en esta realidad híbrida en la que nos movemos.

18 agosto 2023

LK-99 es el nombre del material superconductor que prometía revolucionar el mundo. Tanto así que a principios de agosto el “descubrimiento” generó verdadera locura en los mercados financieros, con inversores de todas las latitudes apostando por compañías que se verían impactadas con el avance en los sectores tecnológicos (vinculadas al desarrollo de microchips), energía y transporte, especialmente en China y Corea. Compañías coreanas como Duksung, Sunam y ShinsungDelta Tech subieron 30% en la bolsa de Seúl, mientras que las chinas Jiangsu Fasten y Henan Zhongfu Industry también se cotizaron como acciones al alza.

En un conductor normal, como el cobre o el aluminio, los electrones se mueven a través del material y encuentran resistencia, lo que produce pérdida de energía en forma de calor. En un superconductor, en cambio, fluyen porque su composición permite conducir electricidad sin resistencia cuando se enfría a temperaturas extremadamente bajas, ya que los electrones forman pares y se mueven a través del material sin dispersarse, dando como resultado una resistencia eléctrica cero.

Los superconductores tienen muchas aplicaciones prácticas de transmisión de energía porque pueden transmitir electricidad a largas distancias con una mínima pérdida de energía, lo que hace que la distribución sea más eficiente.

Sin embargo, el entusiasmo y furor bursátil duraron poco. Nadie se ha atrevido a confirmar que el invento sea una realidad y respaldar el anuncio. Al parecer las redes han jugado un rol clave en el revuelo que se generó en los mercados y el mundo científico, lo que vuelve a evidenciar el tremendo poder de las plataformas digitales y el cada vez más complejo desafío de distinguir lo verdadero de lo falso en esta realidad híbrida en la que nos movemos.

Testeos en Chile: el frenesí partió con la difusión del “descubrimiento” por parte de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea (KIST), siguió con un video divulgado por un grupo de científicos chinos replicando el experimento, y luego se aceleró en X (ex Twitter), Twitch y Reddit. En distintos medios y foros se decía que, de ser cierto, el LK-99 sería uno de los avances más importantes en la historia de la física. Sin embargo, los respaldos del equipo coreano fueron rápidamente considerados como “escasos en detalle”, lo que de inmediato instaló las dudas en el mundo científico.

Por lo mismo, según The Verge, distintos investigadores académicos y aficionados están compitiendo para ver si el conductor funciona haciendo pruebas ellos mismos, pero hasta el momento, no hay nada concluyente.

En el país, el revuelo científico ha provocado que más de una decena de grupos de investigación quieran replicar este resultado, entre ellos, un equipo de científicos del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias (DFC) de la Universidad de Chile. El equipo nacional, liderado por la tesista de doctorado

Javiera Cabezas Escares, es uno de los primeros en estudiar este superconductor y confirmar su potencial. Sin embargo, son enfáticos en determinar que la evidencia aún no es concluyente -es teórica-, pero de serlo real, “sería el santo grial de la superconductividad”.

“Usando la Teoría Funcional de la Densidad pudimos ver cómo la incorporación del átomo de cobre sobre la apatita transforma el material de aislante a metal. Explorando el acoplamiento electrón-fonón (responsable de la superconductividad), encontramos efectos totalmente nuevos y únicos. Nuestros resultados revelan características que sugieren una posible superconductividad de alta temperatura”, asegura Cabezas al newsletter de la facultad.

Potencial infinito: “Si se demuestra que el LK-99 es verdadero y capaz de producirse en masa, sería totalmente transformador para muchísimas industrias”, ha asegurado Nick Cheng, analista de Jefferies Financial Group. Según el suplemento CincoDías del diario El País, tendría aplicaciones como el desarrollo de trenes de levitación supersónicos, baterías de una duración enorme o chips con capacidades descomunales. Permitiría líneas de alta tensión prácticamente sin pérdidas y unas eficiencias que harían posible la electrificación renovable de países enteros en mucho menos tiempo. “De ser cierto, el descubrimiento sería uno de los mayores de la historia en física de la materia condensada y podría dar paso a todo tipo de maravillas tecnológicas”, consigna un artículo publicado el 27 de julio en Science.

El furor por el LK-99 se suma a varios meses de entusiasmo alrededor de la industria de semiconductores, sobre todo por el papel que pueden jugar en el desarrollo de la inteligencia artificial, que necesita fuertes capacidades de computación. El líder de las tarjetas gráficas, Nvidia, se ha revalorizado este año un 225%, y el mayor fabricante de chips, TSMC, ha subido un 24%.

Está por verse si finalmente el revuelo mundial que hizo subir y bajar el precio de tantas empresas y enloqueció a tantos inversionistas en un par de semanas frenéticas respondió a un anuncio apresurado de científicos demasiado entusiastas y metodologías poco ortodoxas, o derechamente a algo parecido a una fake news.