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Estados Unidos (también) envejece

Los datos del último censo han dejado entrever una realidad poco alentadora en el país norteamericano. Si en 2000, la mediana de edad era de 35 años y en 1980, era de 30, hoy los estadounidenses llegaron a un promedio que bordea los 40 años, lo que claramente plantea nuevos e importantes desafíos para la fuerza laboral, la economía y los programas sociales.

13 julio 2023

La población de Estados Unidos llegó a un promedio de edad de 38,9 años en 2022 según los datos de la Oficina del Censo de ese país, publicados hace unas  semanas por el World Economic Forum (WEF). Dado que las personas viven más que en cualquier otro momento de la historia, es esencial que las empresas, los gobierno y los propios ciudadanos reconsideren su enfoque de planificación para una extensa vida futura.

El WEF, en colaboración con Mercer, se centra en este tema en una nueva publicación titulada Living Longer, Better: Understanding Longevity Literacy. Este informe examina cómo las personas perciben el envejecimiento y la jubilación. Además, proporciona un conjunto de acciones concretas que cada parte interesada (individuos, empresas y gobierno) puede tomar para abordar las dimensiones de la longevidad y tener éxito en una vida potencial de 100 años. “Aunque ha habido cierto declive, se espera que las personas vivan hasta una edad mucho mayor en comparación que hace 20 años”, señala el estudio.

La influencia de la pandemia: En 2022, los nacimientos en Estados Unidos superaron en número a las muertes, sin embargo, no fue suficiente para reducir el patrón general de envejecimiento, ya que durante los últimos años la tasa de natalidad se mantuvo a la baja. Esta disminución fue más notoria en los inicios de la pandemia por Covid-19. “Si bien el cambio natural a nivel nacional ha sido positivo, porque ha habido más nacimientos que muertes, las tasas de natalidad han disminuido gradualmente en las últimas dos décadas”, dijo a The New York Times Kristie Wilder, demógrafa de la Oficina del Censo.

“Sin una población joven en rápido crecimiento, la edad promedio de los estadounidenses probablemente continuará con un aumento lento, pero constante”, agregó. «Es simple aritmética», declaró Andrew Beveridge , presidente de Social Explorer -una empresa de datos demográficos- inisistió también al New York Times, «están naciendo menos niños».

Sin embargo, está lejos de ser el único país. La tendencia también afecta a naciones con programas sociales más fuertes que los de Estados Unidos, como Noruega, Suecia y Finlandia, y algunos en vías de desarrollo, como Chile.

El factor Maine: según el diario La Nación en aproximadamente un tercio de los Estados norteamericanos, más de la mitad de los habitantes tenía, en promedio, más de 40 años, en 2022. Maine obtuvo la edad media más alta, con 44,8 años, aunque Hawái fue el que registró el mayor aumento en 12 meses. En contraste, Utah registró la edad más baja, con 31,9 años, seguido del Distrito de Columbia y Texas, con 34,8 años y 35,5 años, respectivamente.

Esperanza de vida y diversidad: a pesar de que es considerado como un país del primer mundo, la esperanza de vida en EE.UU. es mucho más baja comparada con la de otras naciones, asegura el diario La Nación. Los estadounidenses llegan hasta los 77 años, en promedio, mientras que en Japón, otro país desarrollado, tienen una esperanza de 85 años, e incluso Chile la esperanza promedio es de 82,1 para las mujeres y 77,3 para los hombres.

Por otra parte, a medida que la nación envejece, también se vuelve más diversa. Entre 2021 y 2022, la población asiática del país creció un 2,4%; la población hispana en un 1,7%; la población negra en un 0,9%; y la población blanca sólo un 0,1%.  Los nuevos datos se suman a la evidencia de del envejecimiento de la población, lo que plantea desafíos para la fuerza laboral, la economía y los programas sociales.

Corea y la juventud: casi en paralelo a la publicación del estudio, se conoció de la implementación de una curiosa media en Corea del Sur, también relacionada con la edad de la población. Más de 51 millones de personas en Corea del Sur se despertaron hace pocas semanas siendo uno o dos años más jóvenes, al menos, de acuerdo con la ley. Según la legislación que entró en vigencia, “todas las áreas judiciales y administrativas” en el país de Asia oriental adoptarán el sistema de “edad internacional” utilizado en la mayor parte del mundo, poniendo fin a años de debate sobre los problemas causados por el uso anteriormente común de la «edad coreana» y «edad del calendario».

Según CNN, cuando se les preguntaba su edad en entornos informales, la mayoría de los surcoreanos respondían con su “edad coreana”, que podría ser uno o incluso dos años mayor que su edad internacional. Este sistema tiene sus raíces en China, se considera que los bebés tienen un año el día que nacen, y se agrega un año cada 1 de enero.

Pero más allá del ajuste, es evidente que el cambio normativo en Corea del Sur tendrá un impacto concreto en las políticas públicas relacionadas con el mercado laboral y la seguridad social, especialmente en pensiones. Por lo pronto, un aplazamiento de la edad de jubilación.

La sociedad europea está envejeciendo desde mucho antes. En 1950, sólo el 12% de la población de ese continente tenía más de 65 años. Actualmente, la proporción ya se ha duplicado, y las proyecciones muestran que en 2050 más del 36% de la población tendrá más de 65 años.

Como en todos los casos, los responsables son las tasas de natalidad y la longevidad: las personas viven más tiempo, mientras disminuyen las tasas de natalidad.

Esta tendencia es preocupante. Según el estudio del WEF -que cita entre sus fuentes al Banco Mundial- más de 700 millones de personas en todo el mundo viven en condiciones extremas de pobreza, definida como sobrevivir con menos de US$1,90 por día. Esto quiere decir que ciertos grupos de trabajadores, como los temporales, independientes contratistas y empleados en el sector informal, a menudo no tienen acceso a ahorrar o a planes de jubilación patrocinados por un empleador, y les resulta inviable acumular para su jubilación dadas las circunstancias financieras, lo que redunda en una muy probable vejez sin condiciones dignas de subsistencia. Y en un mundo que tendrá que solventarlos de alguna manera.

Seguridad Social: pero a pesar de que esta evolución demográfica no es nueva -según aborda un estudio de Mapfre- no se está poniendo de relieve su impacto global. “Los gobiernos, corporaciones e individuos de todo el mundo ya están sintiendo la carga financiera del envejecimiento demográfico. Los sistemas de pensiones en todo el mundo están lidiando con el impacto del aumento de la longevidad en las pensiones”, advierte John Strangfeld, presidente y consejero delegado de Prudential Financial y vicepresidente de la Asociación de Ginebra, en el informe “Addressing the Challenge of Global Ageing-Funding Issues and Insurance Solutions”, publicado recientemente.