Buena observadora del mundo empresarial, Cristina Bitar -economista de Dartmouth College, con un MBA en la U. de Chile- Ileva 25 años dedicada a la

asesoría en comunicación estratégica a empresas. Desde 2010 es socia y presidenta de la agencia Azerta.

 

-¿Cómo lees la postura de los dirigentes empresariales: partidarios de

seguir con el proceso constituyente, una nueva convención, más chica y

100% elegida, y con «bordes»?

-Habla del realismo de los empresarios, representados por sus dirigentes

gremiales, del compromiso con Chile. Están convencidos de que necesitan un entorno sostenible en el largo plazo para desarrollar su actividad y una nueva Constitución es fundamental para lograrlo.

 

-¿Por qué hay quienes suponen que preferirían conservar la Constitución de 1980 o congelar el proceso?

-Equivocadamente se tiende a confundir a los empresarios con lo más

ultra de la derecha, tal vez por posturas del pasado. Ser empresario/a no tiene

banderas políticas, en general. Tienen que poder trabajar en los países sin importar quién es gobierno. Quieren un país que crezca y se desarrolle, para lo

cual necesitan reglas del juego claras.

 

-¿Tenía mucho que perder el empresariado pensando en el sesgo estatista del borrador rechazado y cualquier nuevo texto será más amigable

con la economía de mercado? ¿Por eso apoya el proceso?

-Sin duda, el texto anterior tenía propuestas complejas y riesgosas que eran muy preocupantes para los empresarios, pero honestamente no pienso que lo hagan por esa razón. Apoyan el nuevo proceso, porque Chile tiene que responder al descontento ciudadano que se vio reflejado en el estallido social y en el plebiscito de entrada. El estallido fue muy profundo, generó instancias importantes de reflexión y un empresariado más empático y comprometido

en ser un aporte más consciente y proactivo. Pero a la vez lo que les da tranquilidad mirando el futuro es que Chile no quiere refundaciones ni cambios radicales como quedó reflejado en el plebiscito de salida.

 

-¿Cuán flexible a nuevas condiciones políticas o económicas es el empresariado chileno?

-Es bastante flexible, lo demostró en la pandemia, en la reducción de la jornada a 40 horas. Es normal que cuando cambian las normas haya cierta resistencia, porque los cambios son difíciles, pero no veo a un mundo empresarial atrincherado, sino todo lo contrario, participando, entendiendo que

Chile requiere más recaudación tributaria, reformas estructurales en

algunos sectores. Veo a un empresariado dispuesto a hacer lo mejor

por Chile y que quiere desarrollar sus negocios en un país estable.

 

-¿Los empresarios siguen siendo un grupo de mucho poder o lo ha perdido y por qué?

-Todos los grupos de poder han perdido poder, porque se ha fragmentado. La sociedad civil ha tomado mayor control y las redes sociales que son parte de una democracia hiper participativa han diluido el poder. Hace 15 años los

empresarios, la Iglesia y los políticos eran más poderosos. Ya no tienen el mismo poder.