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¿Existe la fórmula para la longevidad?

“Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules” es la docuserie de Netflix de la que todos hablan. Este recorrido por cinco lugares del mundo donde existe un número inusualmente alto de personas que han superado el siglo de existencia, busca las claves para vivir más y mejor, en un mundo que en 2050 alcanzará una esperanza de vida promedio 75 años.

21 septiembre 2023

Muchos de los ancianos de Cerdeña viven en terrenos montañosos, donde cazan, pescan, cosechan y recolectan sus propios alimentos, como la leche de cabra, el queso, la cebada y las verduras. Las personas de mucha edad de Loma Linda, en California, son parte de una estrecha comunidad de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que prohíbe el alcohol y el café y promueve un menú mayormente vegetariano entre sus seguidores. En la isla griega de Icaria, el vino tinto es esencial y la gente sigue la dieta mediterránea típica, con muchas frutas y verduras y pequeñas porciones de carne y pescado.

Los habitantes de las islas japonesas de Okinawa obtienen la mayor parte de las calorías de las papas, el tofu y las verduras frescas que cultivan en sus propias huertas, mientras que los centenarios costarricenses de la península de Nicoya se alimentan principalmente de maíz, porotos y calabazas.

Pero aunque en todos estos lugares la comida es una verdadera forma de existencia, la dieta por sí sola no explica la elevada edad de quienes viven ahí.

Desde hace veinte años, descubrir la “formula de la longevidad” en estas “zonas azules” ha sido la obsesión de Dan Buettner, escritor, charlista y miembro de la National Geographic Society. “El 10% de nuestra esperanza de vida lo deciden nuestros genes y el otro 90% se basa en nuestro entorno”, afirma el autor del libro «Las zonas azules: lecciones para vivir más de la gente que más ha vivido», y ahora creador de la popular docuserie. “La mayoría de cosas que la gente cree que alargan la vida están equivocadas”, agrega en tono provocador.

Según Buettner, si bien las “zonas azules” no tienen demasiado que ver entre sí, en todas ellas, por caminos distintos, han dado con una “receta mágica” para llegar a los cien años con una calidad de vida envidiable. Para descifrarla, el periodista viajó por el mundo en busca de lugares donde la gente ya consigue esos resultados. En su recorrido, descubrió que los miembros de estas comunidades suelen tener fuertes conexiones con amigos y familiares y siempre se levantan con un propósito vital. También hacen actividad física constantemente, principalmente caminar, y pasan mucho tiempo al aire libre en sus huertas y jardines, siempre socializando con otros.

Observación vs Ciencia

Aunque con sus viajes, libros y documentales, Buettner popularizó el concepto de “zona azul”, éste surgió de un estudio demográfico realizado en 2004 por los investigadores Gianni Pes y Michel Poulain sobre la longevidad en Cerdeña, Italia. Los investigadores trazaron círculos en un mapa con un grueso marcador de color azul en los pueblos o ciudades donde las personas llegaban a los 100 años de vida. Así, identificaron la ciudad de Nuoro como una región con especial concentración de hombres de más de cien años de edad, refiriéndose a ella como una «zona azul». Desde entonces, el nombre quedó asociado a los lugares en que los habitantes gozan de una extraordinaria longevidad en buenas condiciones de vida.

A partir de este estudio, Dan Buettner reunió a un equipo de expertos para buscar otras comunidades donde se repitiera el mismo fenómeno. En su libro, un best seller inmediato, el autor identificó cinco “zonas azules”: Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica), Ikaria (Grecia) y Loma Linda (California). “La gran epifanía es que la salud duradera rara vez llega sola o en forma natural; uno mismo tiene que producirla”, resume el autor.

Los habitantes de estos sitios combaten el estrés participando en rituales diarios sagrados, como recordar a los ancestros, en Okinawa, o dormir siesta, en Costa Rica.

Crear un círculo social es uno de los principales pilares de la vida en estos rincones. Aunque solo sea un grupo pequeño, relacionarse con otras personas que se preocupan por ti cuando estás triste o enfermo puede ayudar a vivir más. Además, según Buettner, en estas zonas se le da especial importancia a los vínculos familiares  -las principales comidas del día se hacen en familia o en compañía de alguien cercano- . Otras de las costumbres es no comer hasta llenarse, sino que hasta llegar a un 80% de la capacidad del estómago, y generalmente la mayor parte de sus calorías se ingieren durante las primeras horas de la jornada.

Sin embargo, no todos están de acuerdo con el concepto de las milagrosas “zonas azules”, desde el mundo académico se critica que muchas de estas conclusiones están basadas en observaciones, más que en estudios científicos de largo alcance.

Independientemente de la exactitud de la teoría de Buettner, la gente está viviendo más. Según Naciones Unidas, actualmente la expectativa de vida a nivel mundial es de 73 años y a mediados de este siglo llegará a los 75.

Aquí surge la interrogante: ¿en que deberían ocupar su tiempo quienes alcanzan la llamada “cuarta edad”?

Ximena Abogabir, cofundadora de Travesía 100, empresa B chilena que aborda los desafíos de la longevidad a través del empoderamiento y la independencia de los adultos mayores, dándoles herramientas concretas que los ayuden enfrentar esta etapa de la existencia, afirma que “hay que resignificar la vejez”. Y argumenta: “las personas mayores no queremos ser un cacho para las familias, sino que seguir siendo un aporte, pero se nos cierran las puertas. Hay un especie de vidrio contra el que te estrellas y no entiendes por qué tu valor ya no está en lo que tú eres o en lo que puedas aportar. Por eso debiésemos reemplazar este modelo lineal de vida por uno integral que permita producir, aprender y descansar a lo largo de todo el curso de la existencia”.

Al parecer, el secreto de la longevidad es muy sencillo. Kamada Nakazato, una centenaria mujer okinawense, se lo resumió así a Dan Buettner: “comer verdura, tener una actitud positiva, ser amable con todos, y sonreír”.