Hasta el 7 de junio de este año, el Intel Miami era el peor equipo de la Major League Soccer (MLS), que reúne a 29 clubes norteamericanos. Pero ese día, Leo cambió la historia: tras semanas de rumores sobre cuál sería el próximo destino del siete veces Balón de Oro, Messi aceptó la jugosa oferta de sumarse a la liga de fútbol norteamericana.

Una decisión inesperada tras su exitoso paso por el Paris-Saint Germain, uno de los mejores equipos del mundo. Una movida solo comparable a la llegada de David Beckham a Los Ángeles Galaxy en 2007 desde el Real Madrid, o a lo que está sucediendo en la Liga saudí, tras el arribo de Cristiano Ronaldo a Al Nasser.

Hasta ahora sólo han sido cuentas alegres para el Inter Miami, y para todo el soccer americano: los hinchas copan los estadios para ver jugar al capitán de la selección argentina y la liga completa se ha valorizado. La venta de las camisetas del nuevo número 10, a US$ 125 cada una, batió todos los récords en las primeras 24 horas.

Otro indicador del éxito es la popularidad en Instagram. La cuenta del club pasó de tener 800 mil seguidores en junio a 13,5 millones, al anunciarse el fichaje. Así, el equipo se posicionó entre las cinco franquicias deportivas con más followers en esa red social. Por el momento, solo es superado por el Golden State Warriors, Los Ángeles Lakers y Cleveland Cavalliers, todos equipos de la NBA. Messi, en tanto, es hoy el deportista con más seguidores de Estados Unidos, con más de 480 millones.

Para lograr este golpe deportivo y de marketing, la MLS también tuvo que aportar con dinero. Y aunque cueste entender que clubes competidores financien el sueldo de Leo, el impacto económico que ha tenido y tendrá en toda la liga ya es evidente. Todas las franquicias de la MLS se han valorizado entre 30% y 50% sólo con su llegada.

Obviamente, el Pulga ha hecho valer lo que significa que el mejor del mundo juegue en el más débil de los equipos de Estados Unidos, donde todavía el fútbol es un deporte menor: recibirá un salario por temporada de 40 millones de dólares. El astro argentino firmó con su nuevo equipo hasta diciembre de 2025, con opción de extender el vínculo por un año más, previo a disputar el Mundial 2026.

A su jugoso sueldo se suma la posibilidad de participar en la propiedad del club una vez que se retire. Además, tendrá una parte de los ingresos del acuerdo de transmisión que Apple TV tiene con la MLS y de las ventas de los productos Adidas asociados a su figura.

En su debut, el domingo 16 de julio, la transmisión en vivo del encuentro registró 12.500.000 espectadores, siendo el partido de fútbol más visto de la historia en la televisión norteamericana. Un dato relevante, ya que, por primera vez, este deporte se impuso sobre el básquetbol y el fútbol americano que, en sus máximos históricos, bordearon los 11 millones de televidentes.

Según datos de la MLS, los partidos de la liga en el periodo 2022-23 han tenido una asistencia media de 22 mil personas. Entre las cinco principales ligas de Estados Unidos, este promedio solo está por detrás de la NFL (fútbol americano) y de la MLB (béisbol).

El Sports Business Journal, en tanto, afirma que antes de la llegada de Messi, AppleTV tenía cerca de 1 millón de suscriptores, mientras que hoy supera los 2 millones de usuarios. Los números no son menores considerando que cada suscripción al contenido de la MLS cuesta alrededor de 15 dólares mensuales.

Pero el éxito del jugador no sólo se ha limitado a una estratosférica facturación. En tan solo diez partidos, Messi llevó a las Garzas (como se denomina coloquialmente al Inter Miami) a disputar la semifinal de la Leagues Cup, algo impensado hace un par de meses. La messimanía hizo que las entradas para ese partido duraran apenas ocho minutos a la venta. Es que verlo jugar es un espectáculo: el astro argentino hizo nueve goles en sus primeros seis partidos.

Las entradas para el encuentro entre Inter Miami y Los Ángeles FC han sido las más caras de la historia de la MLS. De acuerdo a CNN, el costo promedio fue de USD 690, lo que significó un incremento de más del 500% del precio de principios de la temporada.

El soccer se puso de moda 

El capitán albiceleste será el emblema de la liga durante un periodo clave para este deporte en Estados Unidos. El país será la sede de la Copa América de 2024, del Mundial de Clubes de 2025 y de la Copa del Mundo de 2026, coorganizada junto a México y Canadá.

Los expertos pronostican que ésa puede ser la combinación perfecta para que, finalmente, el soccer logre el arrastre y la popularidad que tiene en el resto del mundo.

Además, se espera que el fichaje de Messi motive a otras estrellas a sumarse a la liga americana. Siempre, obviamente, de la mano de una inigualable oferta millonaria.

Miami también ha sentido los efectos del fenómeno: en la autopista I-95 se ven las gigantografías con la cara de Leo; los edificios en la zona financiera de Brickell son iluminados de rosado -color del Inter Miami -; y ya existen varios murales con su imagen en el barrio de las paredes pintadas, Wynwood.

En realidad, la ciudad entera está brandeada.

No sorprende entonces que el Pulga sea el protagonista de una próxima miniserie que contará su historia desde que ganó el Mundial de Qatar 2022 hasta su llegada a Estados Unidos.

Aunque deportivamente todo es éxito, hay algo que perturba a Lionel y a su señora Antonela Roccuzzo: no encuentran una casa acorde a sus expectativas. Esto se ha convertido en un tema de gran interés para los periodistas de los medios de entretenimiento.

Por el momento, el argentino de 36 años está viviendo en un departamento que compró en 2019 en la Porsche Design Tower, en el barrio de Sunny Isles. Según diversas publicaciones, el departamento de mil metros cuadrados cuenta, entre otros lujos y caprichos, con ascensor para los autos y un enfriador de vino para mil botellas. Pero hoy la obsesión del ídolo es que él, su esposa y sus tres hijos Thiago, Mateo y Ciro puedan vivir en una mansión en la que solamente se topen con la familia, amigos y el personal que trabaja para la familia. Para así escapar, en parte, de la messimanía.