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Una coronación incómoda

El pasado sábado 6 de mayo marcó un hito en el Reino Unido tras la Coronación del Rey Carlos III. Y es que la última vez que se vivió una ceremonia de ese estilo fue la que invistió a su madre hace 70 años. Según la BBC, a pesar de que se diseñó una celebración austera, el evento fue costoso de todas maneras, con estimaciones que van desde los 50 a 100 millones de libras esterlinas. La cadena británica hizo énfasis en “el problema de una coronación lujosa en momentos en que millones de hogares del Reino Unido están luchando con los costos básicos del diario vivir”. La inflación se mantiene arriba del 10% interanual. El peor momento se registró en marzo, cuando llegó al 19,1%, algo que no se veía desde agosto de 1977

19 mayo 2023

Turismo real: Abby Ghafoor, gurú de negocios, dijo a Daily PR que la coronación es “buena para el resultado final”, particularmente para Londres. “Esto tendrá un impacto directo en la economía del Reino Unido”, aseguró en el artículo. Sin embargo, una encuesta de YouGov concluyó que el 51%, de los británicos, no cree que los contribuyentes deban cumplir con lo exigido por la coronación.

No es casual que el mensaje más destacado del discurso del nuevo rey durante la ceremonia haya sido que asume el cargo “para servir, no para ser servido”. En medio de una crisis marcada por el alza del costo de vida, el desembolso financiero incómodamente alto de la coronación llamó la atención.

En el corto plazo, el impulso a las empresas locales, la industria hotelera e incluso el mercado laboral, con oportunidades de empleo temporal creadas en áreas como la gestión de eventos, la seguridad y el comercio minorista, dinamizan la economía en el país, mientras que en el largo plazo, la monarquía aporta unos 1.700 millones de libras esterlinas al año al Reino Unido (al menos eso es lo que se ha visto en el último tiempo), algo que es poco probable que cambie significativamente bajo el reinado del Rey Carlos III. “Buscando mostrarse menos pomposo y más moderno que Isabel II, Carlos III optó por una ceremonia de coronación simplificada, de una hora de duración, con unos 2 mil invitados, en lugar de las tres horas y 8 mil asistentes con que contó su madre en 1953”, escribió revista Semana.

La diversidad del reino: el Rey Carlos III hizo hincapié en la diversidad del reino, lo que fue percibido como un gesto hacia los países de la Commonwealth y mostró la valoración que tiene la Corona sobre la multiplicidad de visiones de mundo. La ceremonia contó con líderes religiosos budistas, hindúes, musulmanes y judíos.
La coronación en el Reino Unido marca el comienzo de una nueva era que tendrá un impacto legal, social y económico radical y, posiblemente, inesperado más allá de sus fronteras.
Se cree que la asunción de Carlos III puede generar debate sobre el futuro de la monarquía. Será difícil será ganarse a la juventud en el propio Reino Unido, en el que sólo el 36% está a favor de la monarquía. “No logra afianzar su imagen, especialmente entre los más jóvenes, pese a compartir con ellos una pasión de larga data por la ecología y la lucha contra el cambio climático”, escribió la revista Semana.

Bajo el lema “Not my king” (no es mi rey), las protestas se multiplicaron en los últimos meses y varios adolescentes fueron juzgados por lanzarle huevos, aunque nunca lo alcanzaron.
Por otro lado, la decisión de Barbados en 2022 de destituir a la reina Isabel II como su jefa de Estado muestra cómo el legado de la monarquía puede ser desafiado. Claramente no será fácil para Carlos III, ya que la generación más joven del Reino Unido exige que se acabe la monarquía, al igual que un número cada vez mayor de países de la Commonwealth.

Meghan y Harry: Según Daily PR, la opción de Meghan Markle de quedarse en casa para el cumpleaños de su hijo, le devolvió el poder a ella y al Príncipe Harry con respecto a su marca personal y reputación, tanto en el país y como en el extranjero. No entrar en el meollo de los problemas de la familia extendida y, en el caso de Markle, no hablar mal públicamente del rey Carlos le sumó puntos.

El hecho de que ni Archie ni Lilibet fueran invitados oficialmente al acto, le permitió a su madre mostrarse ocupada en otras cosas, más terrenales y cotidianas, mientras que Harry tuvo que enfrentar -según los expertos en realeza- un recibimiento gélido de su familia, tras la publicación en enero último de Spare, su libro de memorias en el que devela intimidades y no ahorra calificativos para ninguno de sus integrantes, empezando por su padre y hermano, que a su juicio siempre lo trataron como a un “repuesto”.

Audiencia mermada: “la coronación de los reyes Carlos III y Camila registró una audiencia media de 18,8 millones de personas en el Reino Unido, con un peak máximo de 20,4 millones, cuando el arzobispo de Canterbury impuso la corona al soberano, según estimó este domingo la firma de análisis Barb”, aseguró la agencia EFE.

Las cifras de la organización, administrada por la BBC, Channel 5, ITV, Sky News y otros canales británicos, indican que el número de espectadores de la ceremonia del sábado 6 de mayo quedó algo por debajo de la audiencia media de 26,5 millones que registró el pasado septiembre en el Reino Unido el funeral de Isabel II. Mientras que la coronación de la anterior monarca, en 1953, está considerado uno de los eventos que marcó el inicio de la televisión como medio de comunicación de masas en el país. Claro que entonces, estábamos en otro mundo. Radicalmente distinto a éste.