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El estreno de los Gestores de Inclusión

El 15% de la población mundial -es decir, cerca de mil millones de personas- vive con algún tipo de discapacidad. Octubre es el mes de la concientización sobre esta realidad y el impulso de iniciativas que generen avances en materia de inclusión. En Chile al menos esto debiera evidenciarse a partir de noviembre, con la entrada en vigencia de un nuevo e importante rol dentro de las empresas: el Gestor de Inclusión.

28 octubre 2022

Octubre es el Mes de la Concientización sobre la Discapacidad y el momento perfecto para revisar cómo las organizaciones abordan este tema dentro de sus políticas de Inclusión y Diversidad. Se estima que el 15% de la población mundial,  es decir, mil millones de personas, vive con algún tipo de discapacidad, por eso es tan relevante avanzar en medidas más audaces y en adaptar la comunicación para intencionar cambios esenciales en los colaboradores y a nivel institucional.

A estas alturas, ya nadie discute que equipos más diversos generan mayor valor para las compañías al ampliar las miradas frente a los desafíos y fomentar la creatividad en la búsqueda de soluciones. Y por diversos se entiende compuestos por personas de distinto origen social, género, orientación sexual, nacionalidad, religión, entre otros, de manera que la discapacidad es sólo una manifestación de la variedad de talentos que se desaprovechan en las empresas que no priorizan la diversidad como una herramienta de gestión.

Asimismo, está en la base de buena parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) a los que adhiere la mayoría de las grandes compañías y los gobiernos, bajo la premisa de que no lograremos enfrentar con éxito los enormes desafíos que tenemos como humanidad, sino consensuamos cuáles son las metas más relevantes al 2030 y las abordamos colaborativamente entre el sector público y privado.

La necesidad de una mayor integración de la discapacidad está contenida en el ODS 4 sobre educación inclusiva y de calidad; el ODS 8 sobre crecimiento económico, pleno empleo y trabajo decente; el ODS 10 sobre reducción de las desigualdades; el ODS 11 sobre ciudades y comunidades inclusivas y sostenibles; y el ODS 17 sobre implementación de la Agenda y las alianzas necesarias.

A partir de noviembre, las empresas en Chile darán un paso importante en esta materia, ya que estrenarán un nuevo e importante cargo: el Gestor de Inclusión.

Un nuevo paradigma: en unos días más, junto con vivir la trigésima tercera versión de la campaña de la Teletón, en Chile comenzará a regir la Ley 21.275 que modifica el Código del Trabajo para empresas con 100 o más empleados. Esta establece “la adopción de medidas que faciliten la inclusión laboral de las, les y los trabajadores con discapacidad”, lo que implica que muy pronto las grandes compañías deberán contar con un Gestor de Inclusión, es decir, un profesional capacitado para promover y coordinar el cumplimiento del Plan de Inclusión Laboral para las personas con discapacidad. Su labor será central en las organizaciones, ya que desarrollará instrumentos específicos para lograr avances reales en este ámbito así como indicadores de efectividad.

La Fundación ConTrabajo calculó que son alrededor de 11.500 empresas las que deben cumplir con la normativa que fijó la cuota de personas con discapacidad en 1% de la dotación. Esto equivale aproximadamente a 53 mil puestos de trabajo, lo que muestra que a la fecha hay un 30% de puestos por ocupar.

Sin duda, esto refleja la tremenda brecha de oportunidades que existe en el mundo laboral pese a los cambios en la normativa. Porque contratar no es incluir. Es un paso, un avance, pero no está siquiera cerca de serlo todo.

¿Qué ocurre en el día a día?: de acuerdo a las estadísticas, en promedio en Chile, un trabajador con discapacidad permanece 104 días en su cargo. Apenas unos 3,4 meses. En ese tiempo, es muy difícil que desarrolle una carrera y que logre sentirse integrado a su equipo de trabajo y empaparse de la cultura organizacional. El tema es más preocupante porque aquí también hay brecha de género. Nuevamente las estadísticas dicen que sólo el 36% de las personas contratadas son mujeres, lo que impone otra tarea al proceso de inclusión.

El desafío en la práctica es grande y justifica la existencia de un experto dedicado a promover y facilitar la creación de ambientes integradores, que logren revertir esas desalentadoras cifras. De ahí la importancia de este nuevo actor en la gestión de los recursos humanos.

Comunicación realmente inclusiva: Según la organización Modii, los criterios de accesibilidad son aliados fundamentales de la comunicación inclusiva. Apuntan a representar a las personas en toda su diversidad y a lograr que los mensajes lleguen a una audiencia amplia, que sean útiles y comprendidos con facilidad.

No hay ninguna duda que una de las herramientas más poderosas para promover un cambio cultural, es la comunicación. Y en los ambientes laborales, ésta no es la excepción. Es por ello que es clave que el Gestor de Inclusión considere a las comunicaciones internas dentro del diseño del plan de acción, seleccionando con criterio estratégico no sólo los canales y medios, sino que también adaptando el lenguaje para cambiar la percepción de los colaboradores.

La mayoría de las empresas hace tiempo cuentan con guías de Comunicación Inclusiva. Básicamente herramientas para concientizar y proporcionar a las áreas de marketing y comunicaciones pautas que garanticen una comunicación efectiva e inclusiva para sus audiencias internas y externas. Pero distinto es contar con manuales para evitar errores, que gestionar ambientes que conviven en la diversidad.

Los mensajes deben promover la inclusión, pero también a través de ellos se deben reconocer los desafíos que enfrentan las personas con discapacidad y qué es lo que está haciendo la empresa para que su experiencia laboral sea más equitativa. “Deben ser más que sólo compartir publicaciones para el Mes de Concientización sobre la Discapacidad. Considere resaltar las victorias de un empleado que vive con una discapacidad, pero mostrándose por lo que son: un miembro valioso de la organización, que ayuda a impulsar la misión de la empresa”, recomienda la empresa de comunicación estadounidense Ragan.

En otras palabras, es necesario entender y entrar en el mundo de las personas discapacitadas para hablar su lenguaje y servir de puente para que el resto de la organización comience a integrar conceptos nuevos y visiones de mundo distintas que enriquecen el ambiente laboral y engrandecen el sentido de pertenencia. Ese cambio de aproximación al tema es el que pone de manifiesto el estreno de este nuevo cargo, que promete -por fin- trabajar de manera conjunta e indisoluble los desafíos de diversidad e inclusión.